Dorian y sus consecuencias Ro


Dorian y sus consecuencias

Hola. Mi nombre es Adam Tomori. Tengo 15 años, y vivo en Bahamas. Nací en Miami, pero con apenas 4 años me mudé con mis padres y mi hermana a Freeport, la ciudad en la que vivo.
Mi padre, un prestigioso ingeniero aeronáutico, consiguió un buen puesto de trabajo y un importante sueldo con el que solucionar la vida de los 4. Éramos felices aquí, mi hermana Megan y yo acudíamos cada día al St Andrew´s School, y recibíamos clases como cualquier otro niño del mundo. Además cada uno practicaba el deporte que quería. Yo, aficionado acérrimo de los Miami Heat, jugaba cada semana al baloncesto, y ella, apasionada del soccer, no faltaba a ningún entrenamiento. Un fin de semana de cada mes cogíamos un avión que nos llevaba hasta el aeropuerto de Wilcox Field. Allí nos esperaba mi abuelo con su coche familiar. Tras la típica conversación de quien lleva 30 días sin verse en la que nos limitábamos a responder ´´bien, gracias``, llegábamos a Miami Beach, concretamente a Pensylvania Avenue, donde nos recibía nuestra abuela en su casa de 3 pisos en la que nos quedaríamos a dormir ese fin de semana. Un fin de semana allí daba para mucho. Además de la comida del domingo con nuestros primos Ben y Meredyth, yo siempre intentaba convencer a mi tío para que nos llevara al American Airlines Arena a ver a mi equipo. Además, la casa de mis abuelos era enorme, y con una canasta y una portería incluidas, así que Megan y yo nos pasábamos las horas muertas tirando a canasta o chutando penaltis. Una vez hecha la visita de reconocimento a los abuelos, cogíamos el avión del domingo a las 6 p.m. para regresar a Freeport y volver a la realidad.
¿Por qué os cuento esto? Si lo estáis leyendo es porque ha pasado algo. Algo relacionado con el medio ambiente. Y es que la vida puede cambiar en un solo segundo.
Era el 1 de septiembre de este mismo año, de 2019, cuando comenzamos a prever lo que se nos
venía encima. El huracán Dorian. Así lo llamaron. Siempre escuchas hablar de desastre naturales.
De aquel maremoto en Japón, de un terremoto en Thaití, de un incendio en el Amazonas… pero
nunca crees que te va a pasar a ti. Y todas estas catástrofes no son casualidad. El cambio
climático, el calentamiento global y las miles de consecuencias que ellos tienen van a destrozar
el planeta. Y yo sé lo que me digo. Tras varios días de incertidumbre, el huracán comenzó a
arrasar con todo. Y cuando digo todo, es todo.
El recorrido de Dorian no había sido anómalo, así que esperábamos que pasara rápido, sin dejar una gran cantidad de secuelas. Pero no fue así. Llegó el 1 de septiembre y no se marchó hasta el 3. Dos días completos posado sobre nuestras cabezas y arrollando todo lo que se encontraba. 7 muertos. Y muchos desaparecidos. Entre ellos Megan. Sí, Megan. Con 13 años recién cumplidos y toda una vida por delante, dejamos de verla en la tarde de ese maldito 2 de septiembre. Afortunadamente, hoy, más de dos meses después de la peor semana de mi vida, ella está aquí, al lado mía, viendo cómo escribo para que cada lector de estas líneas se dé cuenta de lo que conseguimos emitiendo gases y gases a la atmósfera. Fomentando la creación de más y más fábricas, más y más estaciones petroleras y carboníferas, mirando impasibles cómo contaminamos cada palmo de nuestra atmósfera cada vez que encendemos el coche o talando árboles por doquier, siendo ellos los únicos que pueden ayudarnos a parar esto. Quizás a ti nunca te toque vivir algo como lo que yo tuve que pasar. Ahora, hay miles de familias que no tienen hogar, miles de chicos que no pueden ir a la escuela.
Afortunadamente, la vida de mi familia sigue adelante. Con mi hermana ya recuperada tras 5 angustiosos días de búsqueda, mis padres reincorporados a la actividad laboral y Megan y yo yendo cada día al colegio, todo es normal. Y sí, seguimos visitando a nuestros abuelos cada mes. En el último fin de semana mi hermana eligió todo lo que haríamos. Me tocó tragarme la final de la MLS, comer en el McDonald´s y jugar al FIFA, pero se lo merece.
Dicho esto, espero que cada persona que haya leído esta página sea consciente del daño que hace al medio ambiente y luche por remediarlo para evitar catástrofes como la de Dorian. Porque no sólo ayudas a la atmósfera, sino a cada habitante de este planeta y a todos los que quedan por llegar, y porque cuidar el medio ambiente también es tu compromiso.
Gracias, Adam.                                                                                                     
                                            
                                                                                                                                                   ROB

Comentarios

Entradas populares de este blog

2º RETO: DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

RETO 1: IMAGINA QUE...